Leer Tokio Blues, de Murakami, me mostró una perspectiva diferente sobre la muerte que quiero compartir contigo.
Soy Jorge Rosas, y este libro fue una de las mejores lecturas que he tenido.
¿Qué me dejó Tokio Blues?
A lo largo de las páginas, varios personajes desgraciadamente pierden la vida. Esto provoca una reflexión en Watanabe, el protagonista, sobre lo cerca que está la muerte de nosotros.
La muerte no se contrapone a la vida. La muerte había estado implícita en mi ser desde un principio.[…] Todo giraba en torno a la muerte.
Visualiza a la muerte a tu lado. ¿Qué harías cada día de tu vida si fueras consciente de ella? Es una constante en las obras de los artistas. Al humano le aterra, le conmueve, le emociona o le desafía; pero nunca le es indiferente:
La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.
Jorge Luis Borges nos recuerda lo elemental que es morir para nosotros; pero también, es nuestra obra de arte por excelencia.
La muerte: estética por excelencia
José Gorostiza en su poema Muerte sin fin, presenta a la muerte como un proceso creativo y estético. La vida y la muerte se entrelazan en una danza que genera un acto poético.
Este muerto, que estira su belleza en un lánguido gesto, es ya la perfección.
En nuestro último respiro cada uno de nosotros es sublime, etéreo.
Y Esto va Para todas las obras de arte, perfectas, que nos miran desde el cielo. Por todos los que ya no están, porque estaremos.
Este escrito, pero en video: