Crónica de un día de la independencia

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Madrugada del 15 de septiembre del 2025.

Una decisión puede marcar el rumbo de una vida. La suerte se convierte en el arma más punzante. Nada es más cruel que un plan que no resultó como esperaba.

Gracias a que lo héroes de la patria no existen, uno debe ser su propio héroe y convertirse en un orgullo frente al espejo. ¿Por qué? Porque los héroes no existen. No sólo no existen aquellos que están en los libros de historia; sino que los que nosotros catalogamos como héroes en nuestro día a día, tampoco lo son. No queda más que olvidar las viejas costumbres, quitar las etiquetas y procurar a uno mismo.

Un día tan importante, como el de la independencia, está marcado por frases célebres, frases de aliento. Frases de esperanza que pasarán a la posteridad como el motor e identidad para las siguientes generaciones. Pero, ¿qué pasa cuando nuestro día de la independencia, el contemporáneo, se escucha como una ráfaga de balas que gritan una y otra vez “humillación”? ¿Acaso las malas palabras, los malos deseos y el ataque constante también pueden ser el catalizador para que surja un nuevo rebelde que marque su época? Nada es más cruel y sanguinario que las palabras dirigidas al corazón. Si es complicado avanzar con palabras de aliento, imagínese hacerlo con gritos de desesperanza.

Este día de la independencia probablemente sea el más célebre de todos. En un acto poético la vida se manifiesta y lanza a uno de aquellos rebeldes un mensaje rotundo: “Los héroes no existen, pero este día especial es un hecho del que no puedes escapar. Mientras algunos festejan los viejos tiempos y las victorias marchitas, tú debes comenzar tu nueva lucha y recordar por qué a este día se le cataloga como “día de la Independencia”.

Sé tu propio héroe, sé tu propio libertador. Los héroes ya no están, han muerto. La vacante para ser el gran libertador contemporáneo te está esperando.

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